Muchos profesionales de hoy en día han tomado la decisión de alejarse del cobre a alternativas como CPVC en los últimos años. Desde 1959, los instaladores han cambiado a tuberías y accesorios FlowGuard®, dejando atrás los problemas del cobre como picaduras, incrustaciones y corrosión.
Instalación de bajo costo y sin complicaciones
Las tuberías y accesorios FlowGuard ofrecen un ahorro de costos significativo en comparación con el cobre. Además de los bajos y estables costes de material, un sistema de plomería FlowGuard CPVC se instala de forma rápida y sencilla. Los plomeros pueden esperar un ahorro total de costos instalados de hasta un 50% o más al usar tuberías y accesorios FlowGuard.
Rendimiento a largo plazo
Los tubos y accesorios FlowGuard resisten la corrosión y la degradación. La elección de FlowGuard CPVC puede ayudarle a evitar la corrosión, que podría provocar fugas en agujeros de alfiler, costosas reparaciones o incluso el reemplazo total del sistema.
Calidad del agua y Salud humana
A diferencia del cobre, las tuberías y accesorios FlowGuard están certificados según la norma NSF 61 para el transporte de agua potable en todas las condiciones del agua, independientemente de la dureza del agua.
El cobre del interior de la tubería puede filtrarse al agua potable, lo que plantea problemas de salud potenciales para quienes beben el agua. De hecho, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos, el cobre es un pesticida registrado y no se le permite exceder 1.3 partes por millón (ppm) en el agua potable.
Beneficios para propietarios de viviendas
Las propiedades aislantes naturales de las tuberías y accesorios FlowGuard ayudan a reducir la condensación y proporcionan un sistema de mayor eficiencia energética. Para el transporte de agua fría, el cobre es propenso a la condensación, que puede gotear y causar daños por agua.
Sostenibilidad
Con el enfoque continuo de la industria en productos respetuosos con el medio ambiente, es importante tener en cuenta que un inventario del ciclo de vida (LCI) realizado por Franklin Associates demostró que el CPVC supera al cobre en varias categorías clave de sostenibilidad. El LCI mostró que el CPVC utiliza significativamente menos energía para fabricar que el cobre, y contribuye menos al calentamiento global.
A partir de la extracción de minerales, la fundición y la soldadura, la producción y la instalación de tuberías de cobre requieren un uso extremadamente intensivo de energía. Incluso el reciclaje de cobre tiene un impacto ambiental significativo.
Un inventario del ciclo de vida de una tercera parte encontró que el CPVC supera al cobre en categorías clave como la energía incorporada, el potencial de calentamiento atmosférico, las emisiones atmosféricas y las emisiones transmitidas por el agua.